Esquinzo.
La playa de Esquinzo está al final del barranco del mismo nombre que parte desde la montaña de Tindaya. También se llega por pistas de tierra desde El Cotillo. Es un lugar paradisiaco muy frecuentado por surfistas.
Agualiques o las dunas fósiles.
En la costa de barlovento de Pájara se localizan las mejores y grandes dunas fósiles de la isla. La construcción de la nueva autovía aisló su acceso -antes más fácil-, con lo que el baño y paseo en soledad están asegurados.
CATALINA GARCÍA PUERTO DEL ROSARIO
Por pistas de tierra es la única manera de llegar a los rincones más escondidos de Fuerteventura, sea costa, sea cueva, majada o montaña. Con diferencia, la Maxorata secreta se refugia en la vertiente de barlovento, que se mantiene intacta y alejada del cemento turístico.
Por el interior, el ascenso a la montaña de la Muda, en la localidad de la Matilla (Puerto del Rosario) o por Vallebrón (La Oliva), permite atisbar el norte majorero: desde la montaña de Tindayahasta la mar por El Cotillo. Mejor subir temprano o en un día fresco, parando en las fuentes y los tabaibales.
Más hacia el centro, en el municipio de Betancuria, Cueva Falcón es el mejor mirador del interior y costa oeste del municipio de Pájara. La subida en soledad está asegurada. Solo hay que dejar el coche en el parking de Buen Paso, donde empieza el palmeral centenario de Las Peñitas, y subir, subir, entre riscos de sienita, hasta franquear la tremenda boca de la cavidad que no es tanto largo como ancha.
Playas casi desiertas para estar desnudo o en bañador, hay por doquier en la costa de barlovento de Fuerteventura. Las de La Oliva, Tebeto y Esquinzo son las más preciadas, aunque no hay que quitar el ojo al mar por muy bueno que parezca. Dependiendo del día y de la hora, hasta se pueden encontrar calas vacías ahora que las mareas han vuelto a traer la arena a la playa y los riscos dejan de ser un estorbo a la hora de darse un chapuzón.
En el sur, y al otro lado de Costa Calma, por donde la isla se adelgaza rodeándose de jable, la soledad aguarda en Agualiques, que es una sucesión de dunas fósiles y playas levantadas que se extienden durante kilómetros. Las formas más sinuosas y coquetas de la arena petrificada se encuentran a lo largo de esta costa en la que, como buena mar del norte, tampoco hay que confiarse a la hora de bañarse. Para los más caminantes, después de Agualiques espera un largo camino hasta Pecenescal. Para los amantes del cine, dejando la costa y tirando hacia el interior del Parque Natural de Jandía están los dos enclaves -todo jable y viento- donde se rodaron las ciontaHan Solo: una historia de la Guerra de las Galaxias, la superproducción de la Disney en 2017; yen estos días Cuatro Latas, del director español Gerardo Olivares.
Cueva Falcón.
La vista desde Cueva Falcón, en Vega de Río Palmas, es desde luego la mejor recompensa al ascenso entre las rocas de sienita de la montaña que forma la presa de las Peñitas. Desde su umbral, se aprecia Ayamanda, buena parte del hoy campo de tiro de Pájara, el jable de Amanay y hasta, en un día claro, parte del macizo de Jandía y la montaña de El Cardón. La cueva no es larga, ni mucho menos, pero su acceso es el marco ideal para fotos y selfies. Hay que dejar el coche en el aparcamiento de Buen Paso y subir por la ladera derecha.
La Muda.
Desde lo alto de La Muda, la segunda montaña más alta de Fuerteventura, se puede disfrutar de parte de la llanura del norte majorero; en la imagen, el pueblo de Tindaya y su montaña. Se puede subir por senderos desde Vallebrón y La Matilla.
Tebeto.
A Tebeto se llega por una pista de tierra desde Tindaya. La playa se halla en un pequeño barranco en cuya parte alta hay un estanque natural desde el que discurren aguas salobres hasta el mar. A veces el mar se lleva la arena y solo quedan callados
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